Los Cuentos De Don Veridico (juceca) Julio Cesar Castro

Descripción

TÍTULO:” LOS CUENTOS DE DON VERIDICO”

AUTOR: JULIO CESAR CASTRO (JUCECA)

PAGINAS: 245

SELECCIÓN Y PROLOGO DE HECTOR MANUEL VIDAL

Selección de algunos de los mejores cuentos de carácter campestre del autor.Guionista, dramaturgo, pero fundamentalmente escritor Juceca era reconocido internacionalmente por sus cuentos y notas humorísticas, que han sido publicadas en diarios, semanarios, revistas y libros del Uruguay y Argentina.
COMENTARIO:
Los relatos de Don Verídico transcurren en un boliche sin bolichero, El Resorte, adonde llegan forasteros, portadores de insólitos nombres, a quebrar la monotonía en la que transcurren sus personajes: el tape Olmedo, la Duvija y Rosadito Verdoso, entre otros. Con respecto a estos, Salvador Puig manifiesta « […] las caricaturas de Castro no son simplemente el resultado de una lente de aumento sobre caracteres, prominencias o defectos de humanos seres. En sus cuentos lo caricaturesco absorbe y proyecta todo el paisaje, desde los árboles hasta las ruedas, de las puertas a los bichos, de la luna a los catres y los personajes son en verdad caricaturas sin referentes propios, que por eso mismo adquieren su personal carnadura»
Las historias acaecidas en El Resorte son atemporales. El ámbito rural constituye el escenario en el que transcurren las peripecias narradas por Don Verídico. El boliche El Resorte «Es el lugar de referencia para quienes precisen algo, tengan que resolver un asunto o simplemente recibir un consejo, aunque este sea disparatado y absurdo. Impera la igualdad y la solidaridad, más allá de la broma. Todos opinan y todos son escuchados. El ámbito democrático se instala desde el mostrador, símbolo esencial, que se transforma en “un murallón, donde van a atracar las naves”».
El absurdo junto con la ironía y la sátira son el hilo conductor de los relatos de Don Verídico, historias que, como afirma Mario Delgado Aparaín, permiten superar través de «un puente de sonrisas» la brecha existente entre el campo y la ciudad, historias plenas de frescura y ternura «[...] tan descabelladas como deseosas de ser creídas»