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Descripción

A 150 años del sitio de Paysandú no existen hasta el momento, indicios de homenajes a Leandro Gómez ni a los Defensores de la ciudad sitiada por lo que este libro viene a llenar un vacío, tratando de recomponer la memoria de una etapa en la que corrió peligro la independencia nacional y terminaron de conformarse en la región, a sangre y fuego, las fronteras y las asimetrías, entre las que los dos países más débiles, quedaron subordinados a las ambiciones imperialistas de los poderosos vecinos, en un proceso cuya complejidad envolvía a muchos países americanos como Argentina, Brasil Paraguay y Uruguay, y algunos del hemisferio norte como Inglaterra y Francia. Leandro Gómez, reivindicador de Artigas en la época en que aún campeaba la leyenda negra, tuvo que enfrentar a sus detractores, y demostrar con su propio ejemplo en la heroica Paysandú, la inmensa responsabilidad que asumía quien se atreviera nuevamente a tremolar la bandera del Jefe de la Liga Federal. Ligado a las tradiciones del Partido Nacional Leandro Gómez se eleva por sobre banderías y cobra estatura legítima para todos los orientales, como denodado defensor de la independencia nacional llegando hasta el sacrificio en defensa de la misma, que supo defender con honor contra la amenaza de la inicua alianza que Venancio Flores había concertado con el Imperio del Brasil y con los unitarios argentinos. Este libro aporta conocimiento nuevo sobre Leandro Gómez; tanto a su ser de ciudadano y militar, como a su pertenencia a la Masonería, y su actuación en 1857, durante la epidemia de fiebre amarilla, seguida de su preocupación por la educación y futuro de la niñez desvalida en la dirección de las Escuelas Filantrópicas, gratuitas y laicas, instaladas veinte años antes de la experiencia vareliana. Entregamos a la ciudadanía esta obra, en momentos en que la sociedad oriental afronta una pérdida de valores, colocando en el centro de nuestras reflexiones, el ejemplo de un hombre integral, regido por el sentido del honor que presidía todos sus actos, que actuaba sin soberbia y compenetrado con los ideales artiguistas.

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