Vaso Coleccionable Pepsi Países Urss Unión Soviética 80s
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Características del producto
Características principales
Marca | Pepsi |
---|---|
Línea | Países |
Modelo | Vaso torneado |
Tipo de producto | Vaso |
Nombre del diseño | Vintage |
Formato de venta | Unidad |
Capacidad en volumen | 300 mL |
Otros
Altura | 12 cm |
---|---|
Diámetro de la boca | 6 cm |
Material | Vidrio |
Es producto personalizado | Sí |
Incluye tapa | No |
Bebidas recomendadas | Agua,Refrescos |
Descripción
Vaso ORIGINAL años 80s
PEPSI "Países del mundo"
U.R.S.S - Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
Símbolo del acercamiento de los EEUU a la URSS en los años 50 que se materializa a partir de los 70's
En el verano de 1959, en el mundo hacía un frío que pelaba. Hablamos de geopolítica. La relación entre Estados Unidos y la Unión Soviética atravesaba ese prolongado y conocido periodo de tensión que en pocos años pondría el planeta al borde del abismo en la crisis de los misiles. Con todo, en aquel último estío de los 50 tanto el presidente Dwight Eisenhower como el primer ministro Nikita Jrushchov apostaban por una cierto "deshielo" que facilitara la "coexistencia pacífica", según los términos utilizados entonces.
El resultado más insólito de esa apuesta común por la distensión fue el establecimiento de la Pepsi en la URSS a cambio de 17 submarinos, más un crucero, una fragata y un destructor a precio de ganga. El acuerdo se demoró 13 años, es decir hasta 1972, ya con Brézhnev y Nixon como líderes. Y fue un milagro que la negociación prosperase después de que los soviéticos derribaran un avión espía U2 de Estados Unidos en 1960, así como del intento de invasión de Cuba por EE.UU. en 1961 y de la fatídica crisis de los misiles en 1962.
La alianza se gestó de forma aparentemente fortuita, sin duda gracias a los buenos reflejos del despierto y perseverante ejecutivo de la compañía, Donald Kendall. Un tipo tan astuto como temible a quien se atribuiría el plan para derrocar a Salvador Allende como presidente de Chile.
La extraña entente se pergeñó en concreto el 24 de julio de 1959, durante la Exhibición Nacional Americana que el Gobierno estadounidense organizó en el parque Sokólniki de Moscú como parte de su amistosa ofensiva comercial en casa del enemigo. Eisenhower envió como representante al entonces vicepresidente Richard Nixon, a quien Jrushchov recibió con toda cortesía.
En un momento de la recepción, Kendall vio que el mandatario soviético sudaba. Y allá que acudió raudo para ofrecerle un vasito de Pepsi. Fue un bombazo. O al menos un chispazo que para sí hubiera querido la Coca-cola. La foto de Jrushchov dando un trago de una de las bebidas emblemáticas del imperio yanqui -lo que hizo ante la atenta mirada del vicepresidente Nixon y el presidente soviético Kliment Voroshilov- dio la vuelta al gélido planeta al tiempo que marcaba el inicio de tan atípica amistad.
Cuando el acuerdo para la instalación de la Pepsi en territorio soviético salió por fin adelante, casi con catorce años de retraso, se planteó el problema del cambio entre dólares y rublos a causa de las restricciones de la URSS sobre la circulación internacional de su moneda. ¿Solución? Un trueque.
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